Yo lo hubiese intentado un millón de veces. Más allá de todo. Porque me reía siempre. Crecimos juntos. Fuimos felices un millón de veces; estuvimos tristes también quizás un medio millón más. Porque odie cien cosas de vos siempre, pero ame miles. A veces me despierto y entre abro los ojos, te veo dormir. Extremadamente tranquilo, extremadamente perfecto. Y te amo más en ese segundo. Abro los ojos y ya no estás. Probablemente nunca te olvide. Espero no hacerlo nunca. Quizás siempre te ame y extrañe. Pero un día un baldazo de agua me pegó, y todo se aclaró. Las cosas no iban a cambiar nunca. Y de qué me servía tener paz unos días. Y otros repetir la misma historia. Esa historia que de tanto vivirla se me hizo carne, me dejó de doler. Pero me degradó a mi. Y un día, en el que yo no dudaba el amor que sentía por vos, me busque a mi y no encontré ni vestigios. Y hoy te amo igual que siempre, te extraño tanto que duele. Pero soy yo, y todo este dolor lo vivo como tal. Lo vivo como difer...